De cata con Chile Deluxe: Johnnie Walker

Publicado en: edición 8 primavera Chile Deluxe.

Texto: María Pía Astaburuaga. Fotografías: Carlos Díaz.

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En una exclusiva jornada de cata, Chile Deluxe comprobó las razones por las que el Whisky es el destilado más vendido en el planeta y con certeza, el de mayor connotación histórica. Les dejamos una breve y sugerente crónica de las horas en las que tuvimos el privilegio de entender, degustar y apreciar las variedades y bondades de uno de los mejores whiskies; el escocés Johnnie Walker.

 
 
 

Está bitácora de catas, está dirigida en esta oportunidad a la visita que Chile Deluxe realizó nuevamente a las instalaciones del C y T de Viña Concha y Toro, en su exclusivo centro de degustación ubicado en Alonso de Córdova. En esta ocasión, nos vestimos de etiqueta para viajar a Escocia, una experiencia que tenía por objetivo, acercarnos a los orígenes históricos y anecdóticos de la creación de una de las bebidas alcohólicas más legendarias del planeta; el whisky.

 
 
 

Algunos datos de interés para quienes desconozcan la información básica para adentrarse en una cata de estas características. El Whisky se obtiene por la destilación de granos, como cebada, trigo, centeno y maíz y jamás madura o envejece en botella, lo que lo hace atractivo y glamoroso, es un brebaje que debe pasar por ciclos de envejecimiento en barriles de madera, que en su memoria más inmediata, serían preferentemente de roble blanco.

 

El siglo XV aparece en la memoria del fanático, como el “siglo de las luces” en las que se fecha por primera vez un registro escrito relativo al whisky. A partir de aquí y hasta nuestros días se viene elaborando una bebida exclusiva, que también funciona de manera ocasional y cotidiana, para numerosos públicos y audiencias, para destinatarios de todas las etnias y estirpes, una bebida que aunque se asoció a vikingos y marinos en un principio y a la realeza británica posteriormente, terminó siendo propiedad del mundo, y aquí nos separamos para narrar esta cata; aquellos que se inclinan por el escocés antes que por el irlandés.

 

En este ritmo asociado al whisky, entre menciones y reseñas sobre su historia y su legado, nos encontramos en una jornada de tarde ante la ilustrativa charla del sommelier Ricardo Grellet, quien de manera habituada e instruida nos llevó de la mano a los albores de la creación del whisky escocés, a finales del siglo XV y a su más famosa aparición; Johnnie Walker, el famoso whisky producido por Diageo en Kilmarnock, Escocia, del cual nuestro sommelier es un gran exponente en Chile.

 
 
 

No es fácil entender el lenguaje del whisky. Es un lenguaje que resulta más amable de la mano del centro de degustación C y T, pero que sigue generando interrogantes y supuestos miles no sólo para acostumbrados consumidores sino también, y en este caso apunto a quien escribe, a aquellos que por primera vez deciden coquetear con una bebida exclusiva, fuerte, intensa y con un carácter que podría ser el más enfático de la relación entre hombres y destilados.

 
 
 

La animada cata consistió en cuatro copas y una botella de agua mineral. Las cuatro copas, todas de distintivas etiquetas tenían acaloradas e interesantes revelaciones sobre su surgimiento y consumo. Algunas de esas historias son las que sintetizo a continuación y ocuparon uno de los momentos más interesantes entre el sommelier y Chile Deluxe, sin embargo, debo agregar que la cata del whisky tiene una estructura similar a la de vinos, en las que los tres sentidos, olfato, vista y gusto, priman frente a los líquidos, en esta caso frente a las etiquetas de Johnnie Walker.

 
 
 

Otro detalle, es reparar en la iconografía de Johnnie Walker, “un caminante”, si apelamos al espíritu más romántico de la observación e interpretación, aunque siendo honestos, lo del caminante fue un concepto ultra patentado por sus creadores, obra del afamado Tom Browne, que, inspirado en John Walker y su espíritu emprendedor, lo publicó en 1908, desde entonces ha sido el símbolo y carta de presentación de este whisky, el más apetecido mundialmente.

 
 
 

Volvamos a las etiquetas, reconocidas como “Blend Premium” de grano y cebada; en esta cata pudimos degustar cuatro: Black Label, Green Label, Gold Label y el distinguido Blue Label, con una botella que dejó mudo hasta al más conocedor de nuestros invitados. Todos whiskies que han sido gestados en función a las necesidades y requerimientos del hombre moderno sin dejar atrás el bagaje y experiencia de esta bebida desde aquellos tiempos en los que era lo único para temperar el cuerpo, de marinos y vikingos que atravesaban mares celtas hasta los tiempos en que sólo podía ser consumido por aristócratas y miembros de la realeza.

 
 
 

Algunos detalles para reconocer etiquetas; los años de envejecimiento; 12, 15, 18 y el Blue Label que no posee ni requiere rango etario por ser el más sofisticado en su complejo perfume salino y de madera, el más incomprendido y porqué no mencionarlo, el más costoso, tasado en 150.000 pesos chilenos la botella, y con una fecha de producción cada vez más cercana a la muerte que a la vida, lo que lo hace aún más exquisito y demandado. Datos aparte; el whisky no obliga a beberse de ninguna forma específica (hielo, agua, etc.), como sabemos, el agua permite que el perfume se expanda y el whisky se “abra” pero todas son sugerencias, a diferencia de las catas de vino, en las que sugerencia es más bien una obligatoriedad.

 
 
 

El primero en boca es Johnnie Walker “Black Label”, probablemente el que nos resulta más familiar por estar masificado. Considerado blend de lujo, es el resultado de una mezcla de hasta 40 whiskies, cada uno añejado con un mínimo de 12 años. Favorito de mandatarios y gobernantes, representa actualmente la superación del whisky que enamoró a esos marinos y viajeros a los que nos referimos anteriormente.

 
 
 

El “Green Label” destinado a “jugadores de golf” de manera metafórica, nos explica nuestro sommelier, pertenece a un grupo más selecto, se bebe sugerentemente sin hielo ni mucha agua, predomina la cebada y tiene un añejado no inferior a los 15 años. De aquí ya comenzamos a estrechar senderos rumbo a las joyas de Johnnie Walker, y su “Golden Label” un whisky más bien femenino, en el que lujo y ostentación se confunden al percibir un suave y ligero aroma y sabor, a diferencia de la virilidad y agresividad del etiqueta negra. El Gold Label es, apropiado para subastas, eventos, lanzamientos y reuniones sociales ocasionales, es un whisky congelable, y fue creado gracias a las notas de mezcla de Alexander Walker II, nieto del fundador de la compañía. Su deseo era crear un excepcional whisky blend de maltas para conmemorar el centenario de Johnnie Walker, deseo que no se materializó dada la carencia de maltas durante la Primera Guerra Mundial.

 
 
 

Finalmente, y con bastante frenesí alcanzamos la recta final de nuestra cata deluxe y la aparición de la botella que no necesita distinguirse por sus años, “Blue Label” en que de manera casi emotiva constatamos elementos, propiedades y hasta los valores que alguna vez, hace más de 100 años, Johnnie Walker, aspiró a concentrar en una botella; es el más alto blend de la marca, compila 40 whiskies hechos en destilerías que ya no existen, cada uno añejado hasta unos 50 años y originalmente sólo fue destinado a la realeza británica.

 

Es un Whisky capaz de impresionar y conmover hasta al más docto en materia de destilados, renueva nuestra memoria olfativa, sacude los sentidos y permite por segundos, a los amantes del buen beber, que recuerden porqué el whisky, es padre de los alcoholes.

 
 
 

Por último, y ante una experiencia bastante aventurada por el equipo de Chile Deluxe, nos invade la sensación de haber registrado en memoria y piel, la cata de una verdadera leyenda en destilados; el whisky. Convencidas de su valor histórico, su legado generacional, la herencia de sus laboriosas mezclas que no sufren daño al paso del tiempo, nos encontramos con la certeza, de que ya sabemos algo más del hombre y sus necesidades, sobretodo, frente a un compañero elegante, a un caminante, Johnnie Walker, que actualmente, y ante un abanico de etiquetas, reparte su exclusivo sabor maderero al menos por 200 países del mundo, lugares en los que ha sabido seducir a públicos numerosos y exigentes, está vez, encantar a las tres mujeres que suscriben esta edición de Chile Deluxe.

, Chile Deluxe comprobó las razones por las que el Whisky es el destilado más vendido en el planeta y con certeza, el de mayor connotación histórica. Les dejamos una breve y sugerente crónica de las horas en las que tuvimos el privilegio de entender, degustar y apreciar las variedades y bondades de uno de los mejores whiskies; el escocés Johnnie Walker.

 
 
 

Está bitácora de catas, está dirigida en esta oportunidad a la visita que Chile Deluxe realizó nuevamente a las instalaciones del C y T de Viña Concha y Toro, en su exclusivo centro de degustación ubicado en Alonso de Córdova. En esta ocasión, nos vestimos de etiqueta para viajar a Escocia, una experiencia que tenía por objetivo, acercarnos a los orígenes históricos y anecdóticos de la creación de una de las bebidas alcohólicas más legendarias del planeta; el whisky.

 
 
 

Algunos datos de interés para quienes desconozcan la información básica para adentrarse en una cata de estas características. El Whisky se obtiene por la destilación de granos, como cebada, trigo, centeno y maíz y jamás madura o envejece en botella, lo que lo hace atractivo y glamoroso, es un brebaje que debe pasar por ciclos de envejecimiento en barriles de madera, que en su memoria más inmediata, serían preferentemente de roble blanco.

 

El siglo XV aparece en la memoria del fanático, como el “siglo de las luces” en las que se fecha por primera vez un registro escrito relativo al whisky. A partir de aquí y hasta nuestros días se viene elaborando una bebida exclusiva, que también funciona de manera ocasional y cotidiana, para numerosos públicos y audiencias, para destinatarios de todas las etnias y estirpes, una bebida que aunque se asoció a vikingos y marinos en un principio y a la realeza británica posteriormente, terminó siendo propiedad del mundo, y aquí nos separamos para narrar esta cata; aquellos que se inclinan por el escocés antes que por el irlandés.

 

En este ritmo asociado al whisky, entre menciones y reseñas sobre su historia y su legado, nos encontramos en una jornada de tarde ante la ilustrativa charla del sommelier Ricardo Grellet, quien de manera habituada e instruida nos llevó de la mano a los albores de la creación del whisky escocés, a finales del siglo XV y a su más famosa aparición; Johnnie Walker, el famoso whisky producido por Diageo en Kilmarnock, Escocia, del cual nuestro sommelier es un gran exponente en Chile.

 
 
 

No es fácil entender el lenguaje del whisky. Es un lenguaje que resulta más amable de la mano del centro de degustación C y T, pero que sigue generando interrogantes y supuestos miles no sólo para acostumbrados consumidores sino también, y en este caso apunto a quien escribe, a aquellos que por primera vez deciden coquetear con una bebida exclusiva, fuerte, intensa y con un carácter que podría ser el más enfático de la relación entre hombres y destilados.

 
 
 

La animada cata consistió en cuatro copas y una botella de agua mineral. Las cuatro copas, todas de distintivas etiquetas tenían acaloradas e interesantes revelaciones sobre su surgimiento y consumo. Algunas de esas historias son las que sintetizo a continuación y ocuparon uno de los momentos más interesantes entre el sommelier y Chile Deluxe, sin embargo, debo agregar que la cata del whisky tiene una estructura similar a la de vinos, en las que los tres sentidos, olfato, vista y gusto, priman frente a los líquidos, en esta caso frente a las etiquetas de Johnnie Walker.

 
 
 

Otro detalle, es reparar en la iconografía de Johnnie Walker, “un caminante”, si apelamos al espíritu más romántico de la observación e interpretación, aunque siendo honestos, lo del caminante fue un concepto ultra patentado por sus creadores, obra del afamado Tom Browne, que, inspirado en John Walker y su espíritu emprendedor, lo publicó en 1908, desde entonces ha sido el símbolo y carta de presentación de este whisky, el más apetecido mundialmente.

 
 
 

Volvamos a las etiquetas, reconocidas como “Blend Premium” de grano y cebada; en esta cata pudimos degustar cuatro: Black Label, Green Label, Gold Label y el distinguido Blue Label, con una botella que dejó mudo hasta al más conocedor de nuestros invitados. Todos whiskies que han sido gestados en función a las necesidades y requerimientos del hombre moderno sin dejar atrás el bagaje y experiencia de esta bebida desde aquellos tiempos en los que era lo único para temperar el cuerpo, de marinos y vikingos que atravesaban mares celtas hasta los tiempos en que sólo podía ser consumido por aristócratas y miembros de la realeza.

 
 
 

Algunos detalles para reconocer etiquetas; los años de envejecimiento; 12, 15, 18 y el Blue Label que no posee ni requiere rango etario por ser el más sofisticado en su complejo perfume salino y de madera, el más incomprendido y porqué no mencionarlo, el más costoso, tasado en 150.000 pesos chilenos la botella, y con una fecha de producción cada vez más cercana a la muerte que a la vida, lo que lo hace aún más exquisito y demandado. Datos aparte; el whisky no obliga a beberse de ninguna forma específica (hielo, agua, etc.), como sabemos, el agua permite que el perfume se expanda y el whisky se “abra” pero todas son sugerencias, a diferencia de las catas de vino, en las que sugerencia es más bien una obligatoriedad.

 
 
 

El primero en boca es Johnnie Walker “Black Label”, probablemente el que nos resulta más familiar por estar masificado. Considerado blend de lujo, es el resultado de una mezcla de hasta 40 whiskies, cada uno añejado con un mínimo de 12 años. Favorito de mandatarios y gobernantes, representa actualmente la superación del whisky que enamoró a esos marinos y viajeros a los que nos referimos anteriormente.

 
 
 

El “Green Label” destinado a “jugadores de golf” de manera metafórica, nos explica nuestro sommelier, pertenece a un grupo más selecto, se bebe sugerentemente sin hielo ni mucha agua, predomina la cebada y tiene un añejado no inferior a los 15 años. De aquí ya comenzamos a estrechar senderos rumbo a las joyas de Johnnie Walker, y su “Golden Label” un whisky más bien femenino, en el que lujo y ostentación se confunden al percibir un suave y ligero aroma y sabor, a diferencia de la virilidad y agresividad del etiqueta negra. El Gold Label es, apropiado para subastas, eventos, lanzamientos y reuniones sociales ocasionales, es un whisky congelable, y fue creado gracias a las notas de mezcla de Alexander Walker II, nieto del fundador de la compañía. Su deseo era crear un excepcional whisky blend de maltas para conmemorar el centenario de Johnnie Walker, deseo que no se materializó dada la carencia de maltas durante la Primera Guerra Mundial.

 
 
 

Finalmente, y con bastante frenesí alcanzamos la recta final de nuestra cata deluxe y la aparición de la botella que no necesita distinguirse por sus años, “Blue Label” en que de manera casi emotiva constatamos elementos, propiedades y hasta los valores que alguna vez, hace más de 100 años, Johnnie Walker, aspiró a concentrar en una botella; es el más alto blend de la marca, compila 40 whiskies hechos en destilerías que ya no existen, cada uno añejado hasta unos 50 años y originalmente sólo fue destinado a la realeza británica.

 

Es un Whisky capaz de impresionar y conmover hasta al más docto en materia de destilados, renueva nuestra memoria olfativa, sacude los sentidos y permite por segundos, a los amantes del buen beber, que recuerden porqué el whisky, es padre de los alcoholes.

 
 
 

Por último, y ante una experiencia bastante aventurada por el equipo de Chile Deluxe, nos invade la sensación de haber registrado en memoria y piel, la cata de una verdadera leyenda en destilados; el whisky. Convencidas de su valor histórico, su legado generacional, la herencia de sus laboriosas mezclas que no sufren daño al paso del tiempo, nos encontramos con la certeza, de que ya sabemos algo más del hombre y sus necesidades, sobretodo, frente a un compañero elegante, a un caminante, Johnnie Walker, que actualmente, y ante un abanico de etiquetas, reparte su exclusivo sabor maderero al menos por 200 países del mundo, lugares en los que ha sabido seducir a públicos numerosos y exigentes, está vez, encantar a las tres mujeres que suscriben esta edición de Chile Deluxe.