Tierra Atacama Hotel & Spa

Actualizado: 9 de jul de 2018 San Pedro de Atacama Publicado en: edición 22 otoño.

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Hace tiempo que me viene rondando la idea de abandonar la cámara, y es que cada vez que me enfrento a un paisaje majestuoso, de esos que te dejan sin aliento, necesito verlo por un buen rato a ojos desnudos, sin un lente de por medio, cargar las imágenes al disco duro de mi memoria, así como son, porque la cámara capta sólo una parte, es como contar una gran historia resumida en cuatro líneas.

A la vez, un relato de viajes sin fotografías es un imposible, porque sin duda dicen más que las palabras, y es tal vez por esta razón que en esta oportunidad les aclaro, que las fotografías que retratan esta “Escapada Deluxe” no son ni el diez por ciento de la realidad, por lo que si las encuentras bellas e impresionantes entonces tienes que hacer tus maletas y venir, porque no sabes lo que te pierdes al no estar aquí, a 4300 metros de altura, sintiendo el viento y la emoción de presenciar un espectáculo sobrecogedor de la naturaleza, de una geografía indescriptible que sólo puedes creer cuando la ves, no es de otro planeta, no es un sueño ni es el resultado de filtros fotográficos, es el altiplano, es San Pedro de Atacama y sus alrededores.

San Pedro es uno de los tres destinos turísticos más visitados en Chile, junto con Isla de Pascua y Torres del Paine, y goza de fama mundial, lo que ha generado que la oferta turística sea amplia, con hoteles de lujo, destacados restaurantes y una larga lista de atractivos para conocer.

Y entre tanta oferta, la elección del hotel resulta fundamental, para disfrutar al máximo y vivir una experiencia inolvidable. Así, llegamos hasta el hotel Tierra Atacama quienes comprenden que San Pedro de Atacama es un destino para amantes del outdoor y también para aquellos que sólo buscan tranquilidad y el placer que genera observar la belleza de lo natural, por ello, apenas entramos al hotel un guía nos cuenta sobre el lugar y las opciones para explorarlo según nuestra capacidad física e intereses. Así, frente a un mapa comenzamos a programar nuestra estadía, con excursiones diarias y siempre considerando la aclimatación a la altura, ya que este oasis en medio del desierto se ubica a 2500 metros sobre el nivel del mar y algunos de los principales atractivos se encuentran sobre los 4000 metros lo que hace necesario dejar pasar 24 a 32 horas antes de subir al altiplano.

Las excursiones que nos presentan en el hotel son absolutamente fascinantes, y mezclan una nueva mirada de los imperdibles de la zona con algunas excursiones menos conocidas como la Quebrada de Tulán, Piedras Rojas o la escalada de volcanes. Nos gustaría inscribirnos en todas pero sólo contamos con cuatro días por lo que debemos escoger. Y así comienza nuestra estadía, en este lujo de hotel, uno que invita a disfrutar de su impecable servicio, siempre atentos y cordiales, preocupados de cada detalle. Porque ese es el nuevo lujo, el cual sin ostentar, sin pretender, se presenta a sus huéspedes con un diseño en armonía con su entorno, con una arquitectura que enaltece la belleza de sus vistas, que incorpora una visión sustentable, comprometidos con el cuidado y protección de la naturaleza al utilizar sistemas de ahorro energético, además de reciclar y fomentar el desarrollo local con proveedores de la zona, con una gastronomía de primer nivel y la preocupación por los detalles, esos que marcan la diferencia, esos que se agradecen y que en conjunto suman puntos en esta experiencia. Porque si de puntos se tratara siempre buscaríamos un diez, y no por capricho si no porque somos creadoras de Chile Deluxe y nos encargamos de presentar cada temporada hoteles y destinos para satisfacer todas nuestras expectativas, y les puedo decir que aquí, en el Tierra Atacama Hotel Boutique & Spa se cumplen por una simple razón, desde que entras hasta que te despides del hotel, te sientes bien, feliz y agradecido de cuanto viste y sentiste, porque de eso se trata y aquí les dejo una narración de lo que vimos y sentimos en este mágico paraje, en el Desierto de Atacama.

Nuestra aventura comienza al atardecer, con una excursión al Salar de Atacama para ver flamencos en el paisaje sobrecogedor de Laguna Chaxa, caminamos sobre un suelo de sal mientras decenas de flamencos decoran este lugar, un imperdible en la ruta del desierto y perfecto para el primer día de estadía ya que se encuentra cercano al hotel y a la misma altura. De vuelta en la van, hacemos una parada para ver como se esconde el sol por detrás del cerro Quimal mientras disfrutamos de un aperitivo.

La mañana siguiente tenemos programado partir hacia el Valle de la Luna, haciendo una primera parada en el Mirador de Kari un lugar al que cada anochecer llegan cientos de turistas, razón por la cual vamos en la mañana, así, tenemos el lugar sólo para nosotros.

Y por supuesto no podemos dejar de tomarnos la clásica fotografía en la Piedra del Coyote, no apta para quienes sufren de vértigo. Continuamos la ruta en medio de un paisaje lunar en la tierra, en medio de una geografía que parece irreal y que hace de este sitio otro imperdible para todos quienes visiten San Pedro de Atacama.

Llegamos hasta la base de la Duna Mayor, nos bajamos de la van y a pie comenzamos el ascenso hasta la cima para contemplar una maravillosa vista del valle y del Anfiteatro, antes de continuar hacia las Tres Marías, una formación de granito, piedras de cuarzo, gemas y arcilla tallados por el viento y erosionados por la sal del desierto.

De vuelta al hotel, llegamos a almorzar y alcanzamos a disfrutar del Uma Spa, un lugar para relajarse y sentir el bienestar del agua en una de sus piscinas, climatizada al interior y otra al aire libre con una vista majestuosa al volcán Licancabur que comparte terraza con un jacuzzi, todo decorado con unos particulares sillones de mimbre que dan un sello distintivo al diseño exterior del hotel y que además son tan cómodos que resultan perfectos para leer un libro o disfrutar de un jugo de frutas o un cóctel.

El Uma Spa además posee una larga lista de masajes y terapias que incorporan elementos naturales del desierto como piedras volcánicas, sal rica en litio y hierbas altiplánicas, además de baños de vapor, sauna y baños privados en una hot tub exterior de tinas de leche de cabra, o con sales de lavanda y aceite de rosa mosqueta, entre otros.

A las tres y media partimos nuevamente, esta vez para internarnos en la Cordillera de Domeyko y recorrer el Valle del Arcoíris, ubicado a 3500 metros sobre el nivel del mar. Sin duda, una de nuestras excursiones favoritas, porque une la majestuosidad de un paisaje único con pictogramas de culturas precolombinas, que evidencian el paso de caravanas de llamas y la necesidad del hombre por dejar registro de representaciones de fauna típica de la zona, de chamanes y de algunos animales que descubrieron en algunos de sus viajes al otro lado de la cordillera. Seguimos caminando en medio de este maravilloso paisaje, con cerros de diferentes colores que dan origen a la denominación del lugar. La razón de sus colores está en los minerales que componen su geografía, así podemos observar laderas rojizas, beiges, verdes, terracotas, blancas y amarillas. Y mientras avanzamos, fascinados con el entorno, burros salvajes se acercan a nosotros y rebuznan fuertemente, intentando alejarnos de sus crías y de su hábitat, mientras, nosotros seguimos recorriendo, con respeto por el entorno y los animales que han hecho de este cautivador paraje, su hogar.

Una noche con ausencia de nubes nos invita a descubrir el universo, aquí, en San Pedro de Atacama, lugar que se impone por poseer el cielo más claro del mundo, sin contaminación lumínica, perfecto para ver estrellas, planetas, constelaciones y nebulosas, porque no se puede llegar hasta aquí sin apuntarse en un tour astronómico, y una de las grandes sorpresas del Tierra Atacama es que cada noche (en días despejados y sin luna llena) tiene programado un tour en el Observatorio Ahlarkapín, a escasos 5 minutos del hotel para vivir una experiencia única, observando los astros a cielo abierto y a través de sus telescopios, mientras aprendemos de astronomía y cosmovisión andina.

Nuestro tercer día comienza a las nueve de la mañana con un fullday, tenemos programado una excursión a las Lagunas Altiplánicas a una altitud de más de 4000 metros, para conocer el Salar de Aguas Calientes, Laguna Tuyajto y Piedras Rojas. El favorito indiscutido de nuestro viaje, un lugar de impresionante belleza escénica, un paisaje sorprendente, donde la luz se refleja en el suelo blanco de sal en la Laguna de Tuyajto, y las impresionantes formaciones rocosas del sector de Piedras Rojas, seguro, formarán parte de las imágenes más bellas y conmovedoras que podrán ver en el transcurso de sus vidas. Creo que podría quedarme aquí por horas, en absoluto silencio, sintiendo el viento y el vacío de este espacio que pareciera que un artista pintó con acuarelas, tan perfecto, tan remoto, tan particular y mágico.

Nuestros guía y chofer montan una mesa con exquisitas preparaciones para almorzar con una vista inmejorable. Una experiencia que devolverá la capacidad de asombro hasta a quien cree haberlo visto todo, a quien ya casi no se emociona con nada, este lugar seguro los dejará sin aliento.

Volvemos al hotel a las cuatro y media de la tarde para seguir disfrutando, de un Rica-Rica Sour en uno de los living exteriores con fogón y vista al volcán, para más tarde deleitarnos en el restaurant, con una cuidada gastronomía internacional que resalta lo mejor de Chile, con ingredientes como Atún o Vidriola de Isla de Pacua, Albacora, carne de cordero, y por supuesto los mejor ingredientes locales cómo la Quínoa, la Rica-Rica y el Chañar, en compañía de destacados vinos chilenos.

Y no nos podemos despedir de San Pedro sin visitar los Géiseres del Tatio, en una excursión que comienza a las cinco y media de la mañana, cuando dejamos el hotel para partir a conocer este importante campo geotermal, uno de los tres más impresionantes del mundo, con más de ochenta géiseres activos. Así, llegamos hasta los 4300 metros, a oscuras para presenciar un espectáculo de la naturaleza, donde columnas de vapor de hasta doce metros de altura emergen de aguas hirvientes, caminamos por los senderos habilitados mientras nuestra guía nos entrega detalles del lugar, hasta llegar a una mesa montada con un reconfortante desayuno, que a esa hora y con el frío del lugar se agradece y disfruta enormemente.

De vuelta, hacemos algunas paradas para observar fauna como vicuñas, vizcachas y aves como la Tagua, flamencos, gaviotas andinas, entre otros. Además de impresionarnos en miradores para continuar en este viaje escénico por el altiplano. En nuestro descenso visitamos el pueblo de Machuca, una pintoresca calle prácticamente despoblada con una iglesia y arquitectura típica de casas de adobe y techos de paja, todas con una cruz de lana de colores en sus techos. Y no se pueden ir de este lugar sin degustar la carne de Llamo.

Así, cerramos nuestra aventura en San Pedro de Atacama, maravilladas por su geografía, por la claridad de su cielo, en una experiencia maravillosa y perfecta gracias al hotel Tierra Atacama, quienes con la calidad de sus excursiones y de sus instalaciones lograron de nuestra estadía una experiencia memorable, y ese es el ideal de este viaje, vivir el desierto con la cuota justa de aventura, en excursiones en van, caminando, a caballo, en bicicleta, escalando o aprendiendo de culturas ancestrales y astronomía, con la cuota justa también de relajación y bienestar, con la cuota justa de deleite culinario, todo para después de cuatro días poder recomendarles venir a vivir la extraordinaria experiencia de recorrer el desierto de la mano de este hotel que invita a vivir una experiencia cinco estrellas, una perfecta “Escapada Deluxe”.